miércoles, 29 de agosto de 2012

La Concentración - Parte 1

En los dos últimos post, hablamos del trabajo que debemos realizar fuera de la competencia en un torneo, para ir adquiriendo un estado mental estable y óptimo en preparación para el tema de hoy, la concentración.
Para iniciarse en el entrenamiento de la concentración, hay que saber primero qué es, y si esta capacidad es innata o se puede mejorar a través del tiempo.


Diremos entonces que la concentración es la capacidad mental para mantener fijos nuestros sentidos en una situación particular. Es una habilidad psicológica que todos tenemos, en mayor o menor grado, y que se puede entrenar y mejorar como cualquier otra habilidad. Por ejemplo, la flexibilidad es una habilidad física que se puede mejorar con un entrenamiento adecuado, independientemente de las características del jugador. Con la concentración sucede lo mismo, se realizan una serie de ejercicios que van a hacer que esa capacidad mejore.

A diferencia de los ejercicios de flexibilidad (en los que podemos pensar en otra cosa a medida que realizo la ejercitación) en los ejercicios de concentración la mente tiene que estar centrada al cien por cien en lo que se está realizando. Estar concentrado es atender en cada momento a lo que hay que atender y no distraerse por otros pensamientos. En el caso del golf es muy típico dispersarse y dejarse influenciar por el resultado que llevo o por la calidad del golpe.
Hay quienes afirman que el golf es 50% técnica y 50% concentración. Una buena concentración puede ser la clave para distinguir a un gran golfista. “Concentración, concentración”, algo tan sencillo de decir como complicado de conseguir; mantener este estado mental a lo largo de todo el juego resulta, en ocasiones, más difícil que realizar un buen golpe.

Ahora, si se pretende mantener la concentración durante los 18 hoyos, lo que equivale a 4 ó 5 horas de atención continua, el fracaso está asegurado. Lee Treviño dice: “me volvería loco si tuviera que estar concentrado durante 5 horas, sólo necesito 5 segundos para tomarme el stance y pegarle; pero en esos 5 segundos mi seriedad es total”. La solución reside en concentrarse en pequeños objetivos, como si sólo existiera el tiro que está por realizarse; dejando totalmente de lado lo que viene más adelante en el juego. Hay que hacerlo sin crearse “obstáculos mentales”, no presionarse, dejar fuera pensamientos que en “ese momento” son absolutamente inútiles y nos separan de la meta (no darle lugar a la “loca de la casa”, como decimos en el counseling).

La principal diferencia entre un buen jugador y un jugador excelente se encuentra en la capacidad de concentración que muestre cada uno de ellos. Quien sea capaz de mantenerse totalmente centrado en el juego, en cada golpe, tiene muchas oportunidades de lograr una buena tarjeta.
Sin embargo, quiero alertar que a menudo se pasa por alto un detalle: el golf es un deporte, no un simple juego. Y como tal, exige los controles previos y el entrenamiento físico y mental, aun cuando se practique de forma amateur. Por eso insisto, para trabajar bien la concentración, es prácticamente indispensable haberse ejercitado seriamente en la visualización y la relajación.

Pero, ¿cuáles son los factores que impiden una buena concentración? Existen factores externos e internos. Los externos son: el público, los demás golfistas, el clima, un ruido inesperado, un pájaro, etc. Los internos son: los pensamientos de evaluación y análisis de una jugada reciente, recuerdos de otros partidos, emociones intensas tras un golpe u otra situación, pensamientos sobre asuntos ajenos al golf, agotamiento físico, etc.

Por hoy, concluiremos aquí. En el próximo post, continuaremos desarrollando a fondo estos factores, como así también los ejercicios que deberemos practicar, para hacer de la concentración, la característica distintiva de mi propio estilo de juego.

Éxitos y hasta la próxima!
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Javier García Navarro
Dipl. en Psicología. - Counselor Training
Formador de Recursos Humanos y Equipos de Alto Rendimiento
gerh.tucuman@yahoo.com.ar